Guerrín: Una pizzería con historia
- Antonella Berardi
- 6 oct 2017
- 2 Min. de lectura
Y si de pizzas hablamos, Guerrín pisa fuerte en la cocina a la hora de amasar.
Fundada en 1932 por emigrantes Genoveses que habían llegado de Italia, escribe su historia, desde ese entonces, en la calle Corrientes, una de las avenidas más caminadas día a día en la Ciudad de Buenos Aires.
Con sus paredes vestidas de fotos de los maestros pizzeros con cada figura reconocida que ha ido a darse el gustito, algunos actores de los teatros de la cuadra, otros políticos y mismo distintas personalidades de nuestra cultura, deporte y entre otras, es estar comiendo en un museo, tal y como se hace en ellos, queres mirar todo y conocer así un poquito de su historia.
Con sus paredes vestidas de fotos de los maestros pizzeros con cada figura reconocida que ha ido a darse el gustito, algunos actores de los teatros de la cuadra, otros políticos y mismo distintas personalidades de nuestra cultura, deporte y entre otras, es estar comiendo en un museo, tal y como se hace en ellos, queres mirar todo y conocer así un poquito de su historia.
Av. Corrientes 1638, entre Uruguay y Talcahuano, allí podes acercarte y degustar de una buena pizza, de una pizza que merece marcarse en la guía gastrónomica de cualquier turista.
Si no te queda al paso, podes llegar con el subte, te tomas la línea B, bajas en 9 de Julio o Tribunales y estas a un par de cuadras.
Pizza de lo que se te ocurra podes encontrar en Guerrín, desde la típica muzza hasta una con pulpo, otra con langostinos y hasta con alcauciles y espárragos. Podes pasar y comerte una “de parado” o sentarte a disfrutarla saboreando el bocado de principio a fin, y aunque estes apurado, la panza te lo va a agradecer igual. Su muzzarella característica no tiene desperdicio y el horno a leña que utilizan para mí es un truquito que le termina de dar el toque a la pizza para salir de la cocina y deleitar a los comensales.
Recomendación: Gracias a mi hermano, me di el gustito con la de panceta y pasan los días y todavía la sigo saboreando en mi imaginación, mmm que ricooo!
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